Esta es una tapa rica y sorprendente, combina lo crujiente del empanado o "empankado", se puede hacer de ambas maneras con lo tierno y sabroso del interior. Yo los he rellenado de gambas cocidas, pero como podéis imaginar se pueden rellenar de lo que os apetezca, siempre que al freírlos no se os salga el relleno. Lo primero que habremos de tener en cuenta es que los mejillones sean grandes, en estos meses de calor es preferible comprarlos ya cocidos y sin cáscara ya que los frescos no son muy grandes. Hay una teoría que dice que los meses buenos para comprar mejillones frescos son los que llevan "R", es decir Enero, Febrero, Marzo, Abril, Septiembre, Octubre, Noviembre y Diciembre, o como veis los meses donde el agua está fría.
Si los hemos comprado cocido pasamos directamente a la receta, sino, los haremos al vapor según esta receta que ya hicimos. También lo que hemos hecho es cocer las gambas previamente, para ello ponemos un poco de agua con sal y llevamos a ebullición, cuando empiece a hervir, echamos las gambas, cuando de nuevo empiece a hervir el agua dejamos menos cocer 1 minuto y refrescamos con agua fría.
Ingredientes:
- Mejillones cocidos
- Gambas cocidas
- Huevo
- Panko o pan rallado
- Aceite para freír
Y rellenamos los mejillones con cuidado para que no se rompan
Si queremos los podemos pasar primero por harina, yo no lo hice, pero posiblemente queden mejor, después por huevo batido,
y después por el pan rallado o el Panko.
Para que no se desprenda el pan rallado al freírlos y aguante mejor el relleno, hemos optado como veis por pincharlos con un palillo y sumergirlos de esta forma en el abundante aceite caliente.
Como veis, al sacarlo frito de esta manera no se ha desprendido nada del empanado ni del relleno y el palillo nos servirá para presentarlos en el plato.
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