Estoy convencido que quien más quien menos sabe hacer una sopa de ajo, y también que tiene una receta que en muchos casos ha ido "heredando" de sus madres o abuelas.
En la casa de mi abuela Juliana era, entre otras cosas, parte del desayuno diario. Como veréis ya por entonces se tomaban cereales, como recomiendan ahora los nutricionistas, aunque no en copos.
Siempre que mi madre, Emilia, la hace y sin saber muy bien de donde viene, recuerda: "Como decía mi madre: "sopa cocida, sopa perdida". Es por eso que mi madre, y supongo que mi abuela, siempre la hicieron de esta forma:
Ingredientes:
- Pan del día anterior (si puede ser de hogaza, mucho mejor)
- Aceite de oliva virgen
- Ajos
- Pimentón dulce
- Agua
- Sal
Para empezar cortamos el pan en rebanadas como se cortaban antes las hogazas de pan grueso por el centro y fino por el borde se colocan en el tazón donde tomaremos la sopa
En una sartén colocamos 3 ó 4cucharadas generosas de aceite de oliva virgen y freímos los ajos que habremos pelado y cortado o en láminas. Se trata de freírlos pero es importante que no lleguen a tomar color.
A continuación retiramos del fuego, dejamos templar el aceite y añadimos el pimentón con cuidado de que no se queme, que lo pondrá negro, amargará y nos arruinará todo.
Para terminar añadimos el agua, la sal y mantenemos hasta que empiece a hervir, momento en el que verteremos por encima del tazón con el pan.
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