Higaditos de Pollo encebollados

        Entre las carnes más ricas en hierro se encuentra el hígado, sobre todo el hígado de pollo. Éste posee unas características nutricionales similares a las del hígado de otras carnes como por ejemplo la ternera. Esta parte del pollo se caracteriza por ser buena fuente de proteínas, así como por contener buenas cantidades de algunas vitaminas como la vitamina A. Pero es importante tener en cuenta que el hígado posee cantidades importantes de colesterol, por lo que conviene que personas con niveles elevados de colesterol en sangre no abusen de su consumo.

          

Ingredientes:

• 1 kilo de higaditos de pollo
• 4 dientes de ajo
• 1 cebolla
• 1 cucharadita de pimentón
• 1/2 vaso de vino blanco
• 1/2 vaso de agua o caldo de ave
• 1 gelatina de caldo de ave
• aceite
• sal
• arroz blanco cocido para acompañar

          En una cacerola ponemos una cucharadas de aceite de oliva y doramos los dientes de ajos finamente partidos

          Añadimos la cebolla partida en juliana y pochamos hasta que esté transparente

          Añadimos los higaditos que previamente habremos limpiado bien las telillas de grasa de los higaditos de pollo y también conviene recortar, si lo hay, el trozo de higadito que se ha encontrado en contacto con la hiel, ya que de lo contrario amargarán el hígado.

Luego ponemos un recipiente con agua y un chorreón de vinagre y en el vamos echando los hígados para limpiarlos a fondo. Los sacamos y enjuagamos bajo el grifo con cuidado y cuando estén todos limpios los vamos poniendo a escurrir a la vez que los vamos troceando en dos o tres partes cada hígado y los salamos.

          Una vez rehogados  se añade el pimentón, el vino blanco el agua y la gelatina de caldo

           Una vez que los higaditos empiecen a hacerse conviene no removerlos demasiado porque se empezarán a deshacer y aunque espesen la salsa, quedarán hechos puré si no tenemos cuidados

          Mantenemos cociendo a fuegos suave durante unos 20 minutos, o hasta higados estén blandos, conviene no hacerlos demasiado o quedarán secos.

          Probar y corregir de sal si fuera necesario y servir calientes.