Durante mucho tiempo, cuando éramos pequeños, el pollo asado fue el plato de los domingos en casa de mi madre. El olor lo inundaba todo de un regustillo a vino blanco y al calor de la cocina de carbón. Si aquello no era la felicidad, desde luego le andaba cerca.
Hoy asamos dos cuartos, espero que os guste.
Vamos con los ingredientes:
- 2 cuartos de pollo
- media cebolla grande
- pimentón de la vera dulce
- Aceite de oliva virgen extra
- sal
- Pimienta
- Vino Blanco
- Caldo de ave
En primer lugar colocamos el pollo sobre la fuente donde vayamos a hacerlo y con las manos, o con una brocha extendemos sobre el el un poco de aceite, que hará que se nos adhieran los demás ingredientes, lo hacemos de esta forma porque no queremos que nos quede sobre la fuente demasiado aceite.
Una vez extendido el aceite, procedemos a salpimentarlo y la extender sobre la piel el pimentón dulce. Para terminar haremos los mismo por el otro lado.
Partimos la media cebolla en dos mitades que colocaremos a los lados del pollo y vertemos el vaso de vino blanco y el caldo de ave, de forma que quede sobre la fuente aproximadamente unos 3 centímetros de caldo (dos dedos). Precalentamos el horno arriba y abajo y metemos el pollo unos 45 minutos dependiendo del tamaño del pollo y del horno que utilicemos.
Una vez asado el pollo, reservamos y ponemos el caldo que ha quedado en la bandeja en un cazo colocado a fuego fuerte que utilizaremos para reducir la salsa. Dejamos hervir unos minutos a fuego fuerte y con el cazo destapado hasta que la salsa adquiera un poco de consistencia.
Y finalmente, emplatamos y servimos.
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